martes, diciembre 30, 2008

Mi querida Bristol


He estado leyendo un libro muy bueno que se llama "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido" del Dr. James Dobson, este libro habla de las situaciones que a veces pasamos, situaciones dificiles y que ponen a temblar y en ocasiones derrumban nuestra fe, en el capitulo dos encontre esta carta que la verdad me gusto muchisimo y quiero compartirla con ustedes...


Este libro nos ayuda a comprender un poco del proceder de Dios sobre su creacion, no contesta todas las preguntas pues la voluntad de Dios es incomprensible para nuestra mente humana, sin embargo plantea algunas situaciones que nos ayudaran a mantener firme la fe incluso en los momentos mas adversos...

Mi querida Bristol:


Antes que nacieras, oré por ti. En mi corazón yo sabía que serías un pequeño ángel. Y lo fuiste.
Cuando naciste, el mismo día de mi cumpleaños, el 7 de abril, fue envidente que eras un regalo especial enviado por Dios. Pero ¡ Que regalo más maravilloso llegaste a ser! mas que tus hermosos balbuceos y tus mejillas rosadas, más que el gozo indecible de que fueras la primogénita, más que ninguna otra cosa en toda la creación, me mostraste el amor de Dios.


Bristol, tu me enseñaste a amar.


por supuesto, te amé cuando eras muy delicada y linda, cuando te diste vueltas y te sentaste balbuceando tus primeras palabras. Te amé cuando sentimos el agudo dolor de saber que algo andaba mal, que tal vez no estabas desarrollándote tan rápido como los demás niños de tu edad, y también te amé cuando supimos que lo que te sucedía era más serio que eso. Te amé cuando fuimos de un medico a otro y de hospital en hospital, tratando de encontrar un diagnóstico que nos diera alguna esperanza. Y, desde luego, siempre oramos por ti incesantemente. Te amé cuando uno de los exámenes produjo que te extrajeran demasiado fluido espinal y te pusiste a gritar. Te amé cuando llorabas y gemías, cuando tu mamá tus hermanas y yo íbamos por horas en el auto para ayudarte para que pudieras dormir. Te amé, con mi ojos llenos de lágrimas, cuando, confusa, te mordías involuntariamente los dedos o el labio, y cuando te pusiste bizca y luego te quedaste ciega.


Naturalmente, te amé cuando ya no podías hablar, pero ¡como extrañé no oír más tu voz! Te amé cuando la escoliosis comenzó a torcer tu cuerpo como si fueras una "s", cuando pusimos un tubo dentro de tu estomago para que pudieras comer porque te ahogabas con la comida, que te dábamos por cucharadas, tardándonos hasta dos horas en cada comida. Pude amarte cuando tus miembros retorcidos me impedían que fácilmente te cambiara los pañales sucios. ¡Cuantos pañales! Diez años cambiándote pañales. Bristol, incluso te amé cuando ya no podías decir las palabras que más anhelaba oír en esta vida:"Papi, te amo". Bristol, te amé cuando me sentía cerca de Dios, y cuando él parecía estar muy lejos de mí, cuando estaba lleno de fe y también cuando estaba enojado con él.


Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar de todas estas dificultades, fue que Dios puso su amor en mi corazón. Esta es la maravillosa naturaleza del amor de Dios, que él nos ama aún cuando estamos ciegos,sordos, o torcidos, en nuestro cuerpo o en nuestro espíritu. Dios nos ama aún cuando no podemos decirle a él que también le amamos.


Mi querida Bristol, ¡ahora estas libre!, Y espero ansiosamente ese día cuando, de acuerdo con las promesas de Dios, nos reuniremos contigo y con el Señor,completamente libres de imperfecciones y llenos de gozo. Estoy tan contento de que tú recibiste tu corona antes que nosotros. Un día te seguiremos, cuando él así lo quiera.


Antes que nacieras, oré por ti. En mi corazón sabía que serías un pequeño ángel. ¡Y LO FUISTE!

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