Por las muchas calles de la ciudad donde decidi vagar casi siempre preferi la del centro, la sombra que brindan los edificios, el cobijo de los arboles de la plaza y el olor a comida del mercado siempre me gusto mas que el resto de la metropoli.
Aunque hay cosas que nunca entendi, como cuando me sacaron de la iglesia por mi apariencia "insalubre" para algunos feligreces, Ja!, es la casa de Dios respondi y tambien yo soy su hijo, creyentes hipocritas de los domingos, segun la santas escrituras que calientan bajo el brazo dicen
“¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. “
Mateo 15:17-19
Mateo 15:17-19
En fin era inutil discutir con los fariseos modernos y sordos y para ser sincero la presencia del creador se sentia mas en la calle con los que verdaderamente le conocen, esos que te tienden la mano y saben que a Dios se le visita a diario y no solo los domingos antes del futbol.
Bah!, despues de mi cotidiana pelea con el sacerdote y los clerigos caminaba hacia la plaza que estaba detras de la iglesia y me sentaba a fumar mi puro cubano, regalo de aquel hombre que cantaba dos gardenias de una manera tan exquisita que me hacia retroceder en el tiempo donde todo era elegancia en blanco y negro, ese puro solo lo encendia en ocasiones especiales, navidad, año nuevo, cumple años y sonoras victorias contra los falsos creyentes, jajajaja....
Apenas habia exhalado la primera y deliciosa bocanada de humo cuando escuche un ruido entre las ramas, un lloriqueo de felino dije ay! otra señora que vino a tirar sus gatitos al parque, como siempre la curiosidad me llevo hasta el sonido y dentro de una caja de carton habia seis cadaveres y un pequeño sobreviviente cubierto de hormigas rojas la escena era impresionante, pues el se resistia a morir, sus hermanos ya estaban cubiertos por la marabunta colorada el, el seguia moviendose.
Me di la vuelta y senti un piquete de hormiga que mi hizo enojar, la aplaste y pense, ese pobre gatito la esta pasando mal, si yo con una hormiga me enoje y me dolio imaginen el dolor de un cuerpecito con hambre y picado por muchas de estas odiosas hormigas, la lucha se volvio dos contra quince mil.
De entre la ropa saque mi botella de agua y bañe al animalito le sacudi las mas que pude y con ello tambien yo me vi atacado al final despues de algunos minutos el y yo estabamos limpios y llenos de ronchas, para ser sinceros crei que correria la misma suerte que sus hermanos y mi sorpresa fue que Toto desperto conmigo al dia siguiente.
Si ya se que ponerle un nombre a un gato no es cosa propia de un anarquista, hippie vagabundo, pero lo hubieran visto, blanco con ojos hermosos la cosita peluda maullante era una monada...
Ese dia decidi caminar por el centro, toto iba entre mis ropas mal olientes pero iba seguro y durmiendo, camine mucho y junte algo de dinero que la gente generosa iba regalandome, esa noche no tome alcohol, tome leche fria toto tenia que comer tambien.
La relacion entre los dos crecio al grado de que ya no iba a pelear con el parroco, ni me tendia en las bancas a molestar palomas, la verdad la gente que me señalaba me importaba menos, eramos dos locos en el cesped de la plaza que solo veian interrumpidos sus juegos por los policias guardianes del cesped y no del ciudadano.
Un dia estaba yo buscando entre las ropas mi estambre para jugar con toto cuando una niña se acerco y me dijo ¿es suyo? les juro que quise decir si de inmediato, pero la esperanza de que toto comiera diario y la mirada de la niña me quebraron dije ...NO es mas ya lo iba a patear!, la niña se rio y dijo, ¿me lo puedo llevar?, mi mal actuada indiferencia le dijo ...po's si quieres... y esa fue la ultima vez que oi maullar a toto...
Me quede solo y habitualmente visitaba al parroco que me arrojaba agua fria, molestaba palomas y me acostaba en el cesped, todo era igual y diferente asi que decidi irme de ese barrio caminando rumbo al norte pase por una casa color blanco con ventanas grandotas, con un buen jardin y flores con rehiletes, quise pedir dinero para comer algo pero la imagen en la ventana me detuvo, la niña con toto veia la tele y me dije ...mejor pido en otra casa aqui ya esta comiendo mi niño...
(cuento corto de la serie juan perez un libro que nunca termine de escribir)
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